Hace algunas semanas....

Victoria se deprimió y no habla más. Llora todo el tiempo y tieme gamas de vomitar.

A Victoria le dicen que se siente sola, que su madre no la quiere como ella quiere y que tiene que crecer. A Victoria le dicen que debe ser feliz ya que tiene todo para serlo.

A Victoria la miran y le dicen que tiene que vestirse mejor, que tiene que estudiar, que tiene que trabajar, que es inteligente.

Victoria está y eso es mucho para ella. Se ve linda y no quiere vestirse mejor. No se siente feliz a pesar de comprender que tiene todo para serlo (sobre todo cuando usa polainas). Entiende que su madre no va a cambiar y que la dicotomía de ese carácter, de esa mirada, no es más que una proyección de la propia.

A Victoria le parece que no quiere seguir estudiando economía y eso la aterra. Se siente idiota y sabe que es lo suficientemente inteligente como para seguir cualquier carrera, pero no lo siente y no sabe si lo quiere, hasta ese entonces nunca se lo había cuestionado.

El espejo frente a Victoria la refleja en la penumbra de su habitación. Sola se siente segura y no tiene miedo de lo que debería ser. Se mira a si misma y se ve hermosa, pero sabe que cuando deje su refugio anti bombas psicológicas volverá a verse horrible, gorda, sentirá que su coeficiente intelectual disminuye hasta convertirse en números negativos.

Victoria sabe que cuando ella necesita ayuda sólo recibe exigencias, promesas, halagos, pero ella no siente nada, sólo incomprensión. Busca crecer pero no sabe hacia donde. Se siente entre la espada y la pared y quisiera que el metal la matara, pero sabe que hay otra forma de salir de esa situación y por eso respira todos los días, toma las pastillas y va a terapia.

Ahora Victoria escribe en tercera persona para no sonar tan egocéntrica, para ver si así es más fácil. Le pregunta a sus amigas que es de sus vidas porque no quiere ser monotemática. En este momento sólo puede hablar de pastillas. Se imagina distintas vidas, en todas está sola y ninguna le gusta, pero insiste religiosamente en su búsqueda, hasta que se le revele Dios y le diga que no existe