Vicky sad

Vicky triste, Vicky contenta, vicky se olvida de colgar cosas y despues es medio quilombo buscar lo nuevo. Pero sobre todo Vicky quiere flashes, alfombras rojas y lugares con sillones de cuero blanco.

Thursday, May 21, 2009

Crónicas del Jacarandá

Recién, después de mucho tiempo, veo un comentario de J.M a la que le había prometido las crónicas del Jacarandá.
Luego la vida me llevó por otros rumbos, de ser la reina pasé a ser la princesa y luego de cansarme de soportar a mis lacayos, me fui de ahí, pero con la cabeza en alto y unos cuantos billetes más en mi bolsillo.
Y ahora está tan de moda hacer blogs contando anécdotas propias y transformarlas en novela, que sentiría que estoy imitando a otros, a pesar de haber sido mi idea en algún momento.

Así que decidí abrir un nuevo blog, el que todavía está en construcción, dado el escaso tiempo que poseo en estos días. La idea del mismo es pasarles extractos de libros que me gustaron y comentarlos en una especie de asociación Libre.

Por supuesto, no podré evitar mencionar cosas personales, pero es que hay veces que me pasan cosas graciosas o que simplemente me dan para pensar. Y por supuesto, espero que ustedes me digan lo graciosa e inteligente que soy.

Y todo esto, en un vestidito.

www.historiasenvestidito.blogspot.com

Monday, June 23, 2008

Mujer invisible

Suena terriblemente trillado, pero me siento invisible en esta ciudad, en este mundo.
Trillado, común, mediocre.
Rodeada, apaciguada, ignorada, encerrada en mi misma, sin ventanas, sin puertas.
Invisible, ciega, muda, da lo mismo.
Ignorada ante ojos que no saben ver las cosas que yo no puedo mostrar.
Trillada, mediocremente común,
Muere mi esperanza.... otra vez.

Tuesday, February 05, 2008

Las maravillas de la costa argentina. Toma I

Es la primera vez que vivo la experiencia de la costa argentina. Comenzaré con mi viaje en auto con mi padre. El se ofreció a llevarme a Mar del Tuyú en auto, donde pasaré una semana en soledad. Nunca fuimos muy comunicativos y el hecho de que yo esté fascinada con la ruta 2 no ayudó mucho. Durante el viaje mantuvimos conversaciones cortas basadas en comentarios momentáneos.
Lo más raro fue compartir la habitación. Creo que no lo hacíamos desde que yo era pequeña, por lo tanto no sabía cuáles eran las normas de protocolo para estas situaciones. Lo que me salió fue bañarme y cambiarme en el baño. Lo difícil fue ponerme el pijama. Cuando volvimos de cenar, me metí en el baño y me di cuenta de que me había olvido de sacar el pijama de la valija (y ahora que recuerdo, creo que es la primera vez que salgo de viaje con una valija desde que tenía 16 años...). Así que cuando salí, esperé a que el entrara a lavarse los dientes. En ese momento aproveché para cambiarme, pero cuando me estaba por sacar el corpiño, me doy cuenta de que a través del espejo el me podía mirar, ya que la puerta estaba abierta.... Me terminé de cambiar en un costadito de la habitación, lo más rápido que pude.

Al otro día el se fue y yo tuve mi primer contacto con las playas nacionales. Ahhhh, playas lenas de gente, carpas, heladeritas, reposeras, tejo y niños!!!!!!
Así que dicen que el fútbol es el deporte favorito de los argentinos. Mentira!!! Se ve que no soy la única que que nunca había ido a la cosata argentina.... El tejo es pasión de multitudes. Todas las familias llevan un alambre lleno de discos. Este juego es tan popular que llegué a sentirme discriminada por no comprender el juego, pero como me pasa o mismo con el fútbol, no le di importacia.

Muuuucha gente, demasiada para esta personita que quiere un poco de tranquilidad. Camino cerca del agua mirando hacia el frente. Una pelota pasa por mi lado. Un señor que jugaba con un nenito me grita.
- Che, faca, pasame a pelota.
-Grrrr, si no querés correr la pelota, entonces no tengas hijos.
Y seguí caminando.

Antes de irse, mi papá me organizó una cita de juegos con una "chica". Pero esa es otra historia....

Thursday, December 27, 2007

La soledad (de un jueves por la noche)

Ruido de aires acondicionados ajenos.
Dos cigarrillos al hilo.
Una cerveza, un vaso.
Ismael Serrano y Carmen Paris.
La heladera chilla, nunca lo había notado.
Tres tipos que prefieren a otras.
Una renuncia escrita hace tiempo.
La presencia de las ausencias.
Los segundos que se empujan.
El teléfono mudo.
La casilla de mails vacía.
Un espejo que me refleja así, como siempre pero con un sombrero.
Fantasías inéditas.
Y otra vez frente al teclado, pensando en Borges:
"Sólo me queda el goce de estar triste"

Thursday, December 06, 2007

En busca del pelilargo. Cap. IV





Pasaron casi 3 meses y mi amiga me dijo que ya había sido demasiado castigo. Convencida de que la cuarta era la vencida, me puse mi pollera de la suerte y mi nueva musculosa. Me bañé con jabón Dove y me lavé el pelo con Pantene (control de caída de cabellos). Me puse crema Sedal para peinar mis rulos, me maquillé con Lancome y salí a la cancha.

Una vez allá, mi amiga me manda un mensaje para decirme que llegaba más tarde. Como todavía faltaba un rato para que empezara, me fui a la barra y ahí lo veo a el, del otro lado, sirviéndose algo... transparente... en un.... vaso. No lo podía creer, finalmente había dejado la mamadera con agua de riachuel. . Y bueno, ya que cambió eso, quizás ahora no esté tan obsecionado con las morochas. Todo indicaba que esa era mi noche.

Esperé a mi amiga en la puerta y para cuando llegó ya estaban tocando la segunda canción. Para mi sorpresa, cambiaron el orden de 2 canciones, la única variación que noté en el año que vengo siguiendo al pelilargo. En el momento de máximo aburrimiento, nos retiramos con mi amiga a la barra, al baño y a fumar. Sinceramente el show no terminaba más y mi impaciencia se incrementaba. Para cuando terminó el show, ya estábamos en el patio, esperando que saliera. Yo miraba para todos lados, pero el pelilargo no aparecía... Hasta que en un momento aparece y se para contra la pared, y a sólo una planta de distancia. ¡Qué nervios! Yo no podía dejar de estar en pose, me reía estridentemente y me tocaba el pelo compulsivamente. El no se animó a mirarme.

Nuevamente a solas con mi amiga planificamos mis pasos a seguir. Nos quedamos sin cigarrillos, así que encontré la excusa perfecta para hablarle.

-Yo: Disculpame, ¿Tenés un cigarrillo?

-Pelilargo: No (toma un sorbo del líquido incoloro)

-Yo: Ah, que cagada... ¿Sabés si hay un kiosko por acá?

-Pelilargo: Si, sobre Corrientes.

-Yo: ¡Qué bajón! Porque es una zona fea para que vaya una mujer sola, son unas calles muy oscuras...

-Pelilargo: Y, si.

-Yo: Bueno, chau.

-Pelilargo: Chau.

Yo me retiro completamente anonadada. Para mi no había entendido la indirecta, así que la vez siguiente sería más directa.

Otra vez en el patiecito con mi amiga, lo vemos venir y para nuestra sorpresa se para contra la pared frente nuestro. Evidentemente me recordaba. Luego de un rato de indecisión vuelve a entrar. Tomo un vaso de cerveza (para tomar valor) y entro en su búsqueda.
Lo veo parado contra una de las barras. Me paro frente a el. Luego de mirarnos un rato noté que estaba afligido. Me acerco y mantuvimos la conversación más profunda hasta ese momento.

-Yo: ¿Qué pasa? Vamos, contame que ya no tengo más excusas para hablarte.

-Pelilargo: Pasa que unos amigos...(inteligible)

-Yo: ¿Qué?

-Pelilargo: (inteligible)... Y no se dónde van a parar.

-Yo: Ah... que bajón.

-Pelilargo: Y si, los amigos son una mierda.

Silencio. Se da vuelta, toma de la barra su vaso, bebe un sorbo de su bebida y se queda agarrándose la cabeza mirando su vaso medio vacío. Ahí me di cuenta que su situación era patética, estaba completamente borracho, peleado con sus amigos, en total soledad. Más patética me vi a mi misma, parada al lado de un borracho, esperando a que me hable. Lo peor de todo es que me encantaba. Pero mi pensamiento se vio interrumpido por el tremendo vómito que larga a pasos mios. Con bastante ternura (y tratando de contener la risa) le ofrezco un poco de mi agua mineral natural de manantieal gasificada. Rechazó mi oferta.

Demasiado para mi. Nos fuimos con mi amiga caminando hasta Corrientes y como todas las noches, nos tomamos un taxi, en el cual sonaba "La locura automática". Está bien, lo perdono, no quiero hacerlo sufrir más.

Thursday, November 29, 2007

En busca del pelilargo. Cap. III



Luego de la insistencia por parte de otra amiga, decidí regresar, y esta vez volvía con todo. Horas de preparación física y mental frente al espejo. Mis rulos brillaban, mi pollera llegaba hasta las rodillas y me puse la remera más escotada que encontré.

El repertorio no cambió y yo ya me sabía todas las canciones de memoria. Cuando terminó el show, no hice más que perseguirlo. En el momento en el que el estaba en la barra, me acerqué. lo miré y me dispuse a comprar un fernet. Cuando me doy vuelta estaba el, sentado en mi mesa... ¿Hablándole a mi amiga! Claro, mi amiga es morocha y de pelo largo. Ella, gentilmente, se retiró al baño y nos quedamos los dos solos, frente a frente, en silencio. Fueron los tres minutos más largos de mi vida. De la bronca le digo "Tanta agua de riachuelo ¿No te deja con vómitos y diarrea?". El lo entendió y en señal de protesta se dispuso a abrir su botella de Pepsi (que sospecho que era la misma de las otras veces) y a tomar de ese líquido negro.

Cuando volvió mi amiga, el le hablaba y ella me miraba con cara de querer salir corriendo. El le decía no se que cosa de los abuelos y se le notaba que quería mantener una conversación profunda. A medio fernet, decidimos levantarnos. Mientras nos abrigábamos el le pregunta el nombre a mi amiga. Ella le responde. Ya abrigadas nos despedimos. Cuando estábamoos por cruzar la puerta, le grito "Y yo soy Victoria".

Luego de unas disculpas interminables por parte de mi amiga, me subí al primer taxi que pasó por la avenida Corrientes. En el camino de regreso pensaba en pedir un turno en la peluquería para hecerme las extensiones morochas. Luego de pensar en mi agenda, noto que el taxista estaba escuchando tango. Eso, obviamente fue una señal.

En busca del pelilargo. Cap. II



A las dos semanas, para cambiar la racha, fui a verlos con otra amiga. El repertorio del espectáculo no había cambiado, pero me lo banqué estoicamente sin poder dejar de mirarlo ni por un segundo. Para mi, el sonido del contrabajo resaltaba y sus creaciones me parecían maravillosas. Sus patéticas interacciones con el público las creí brillantes, dignas de un genio.

Esa noche me acerqué a saludarlo.

Yo: Hola.
Pelilargo: Hola, ¿Querés? (Me acerca la que parece ser la misma botella de "Pepsi" que me había ofreido la vez anterior)
Yo: ¿Qué es?
P: Agua de riachelo.
Silencio

Sale del sector de las mesas dirigiéndose a la salida. Al rato vuelve con una morocha bastante concheta, de esas que usan bolsos de mano "Puma" y tenen el pantalón tan ajustado que solo lo pueden utilizar las minas que no le temen a la hemorroides. Se sientan en una mesa y se ponen... ¡A hablar!!!!!! ¡Se ríen! ¡Ella festeja... sus chistes!


Too much, otra muestra del poco interés que tenía por mi persona, ya que esta situación me demostró que no era ni gay ni ameba, sino que era un músico común y corriente que no me daba bola.

Me fui a mi casa indignada. Yo, que lo sigo desde siempre, que le soy fiel, que lo busco y lo defiendo cuando mis compañeros de trabajo me dicen que es un linyera, no me merecía eso. Estuvo castigado por casi dos meses.

En búsqueda del pelilargo. Cap. I

Desde hace mucho tiempo me gusta un pelilargo. El toca en una orquesta típica y de los 12 músicos que hay en escena, el es el más feo. Tiene pelo largo, barba y es un aparato, pero no se por qué me encanta. Podría decirse que tengo predilección por los músicos, pero como acabo de decir, hay otros 11 tipos que tocan, entre los cuales hay un bandoneonista que está bueno, pero no, es demasiado winer que intente levantarme a ese, hay demasiada competencia.

Mi campaña comenzó una noche que los fui a ver. Yo me puse la pollera más corta que encontré, a pesar de que hacían -3ºC. Bueno, esa noche, después del concierto, completamente decidida lo empecé a mirar libidinosamente, tanto que no tuvo más opción que sentarse en mi mesa. Yo mandé a mi amiga al baño y nos quedamos los dos solos, mirándonos intermitentemente. Esta fue la conversación:
Yo: Hola
Pelilargo: Hola
Yo: ¿Todo bien?
P: Si, ¿Vos?
Yo: Acá estoy, con un dolor de brazos terrible de tanto remar.
P: Vas a sacar unos pectorales bárbaros.
Yo: No te das una idea.
Silencio.
P: ¿Querés? (Me ofrece un líquido negro dentro de una botella de "Pepsi")
Yo: Depende, ¿Qué es?
P: Agua de riachuelo.
Yo: No, gracias, prefiero Villavicencio.
Silencio.
Y: Mirá, en otro momento, si pudiera tomar alcohol, te aseguro que la remaría de una forma... Pero hoy estoy cansada, la tuve que remar bastante a la tarde.
El se ríe. Silencio.
P: Bueno, me voy a guardar mi instrumento.
Y parte hacia el escenario.

No lo podía creer. ¡La oportunidad que se perdió el flaco! Y yo, lo dejé escapar, así como si nada. Evidentemente no estaba muy interesado, pero yo no me dejo vencer por un moretón causado por chocarme contra una pared. No perdí las esperanzas y esperé pacientemente a que volvieran de su gira por Europa para volverlo a ver. "Esta va a ser una gran historia para contarle a nuestros hijos" pensaba yo.

Sunday, November 11, 2007

Puf. Eso es lo que pienso.
Puf de cansada de luchar contra ex novias y compañeras de trabajo.
Puf. Indiganda por la falta de cigarrillos en la 9 de Julio.
Puf. Cansada de errores propios y ajenos.
Puf. Cansada de cucharitas con mi almohada y la ausencia de gato.
Le digo puf a los trámites bancarios, burocráticos y pasajeros.
Te digo puf por esperar a que me llames para decirte que no.
Puf puf puf y más puf al pintor que no me deja cocinar.
Puf al trabajo, puf a las terapias, puf a los peluqueros.
Puf a los rolingas conchetos, a los que juegan rugby y a los abogados.
Puf a mi círculo vicioso masoquista.